Llevo 25 minutos mirando el teclado y el Word en blanco. Mi vista recorre cada tecla, pero no logra formar una palabra y mucho menos una oración.
Antes de sentarme acá miraba una película con un final idiota, pero que me produjo re plantearme algunas cosas. Hace mucho que no escribo y eso no me gusta, pero no escribí porque sinceramente no se por donde empezar, no le encuentro el principio y ni el final…
Mi cabeza va a mil, mil, mil, mil, mil y eso no me hace bien, claramente.
Mi corazón esta menos diez, tiene tanto… que esta a punto de explotar y eso tampoco me hace bien, me lastima cada vez más.
Necesito depositar en algún lugar de manera urgente todo esto que tengo en el corazón.
Pero no encuentro la manera, me equivoco una y otra vez, sin parar. Y ya me canse del “prueba y error”, ya no quiero mas.
Pierdo la fuerza, la creencia, y todo lo que me rodea. Estoy liviana, pero así… no se siente bien. Mis días transcurren por inercia pura, y cada vez me siento más cansada de esa liviandad, la que llena el vació, la misma que me deja muda e inmóvil.
